Sobre el estancamiento de las fuerzas productivas
- pablosviajsk
- 13 ene 2021
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Actualizado: 17 ene 2021
El tema de que las relaciones de producción frenan, en determinado momento, el desarrollo de las fuerzas productivas debe dejar de ser entendido con la literalidad que manejan los niños de primario. El problema reside en la metafísica desde la cual se parte para analizar esa frase. Si por contradicción se entiende que todo lo real encierra antinomias irreconciliables que se frenan entre si hasta que una vence (como puede verse en la metafísica de Engels) es probable que se termine analizando la frase de forma unilateral. Como un absoluto. Entonces decir que las fuerzas productivas chocan con las relaciones de producción va a ser entendido en el sentido de que la madurez de las relaciones de producción se va a dar necesariamente a partir del bloqueo absoluto de las fuerzas productivas (como pensaba trotsky). La perspectiva de revolución solo podrá abrirse a partir de un freno absoluto. De allí la insistencia religiosa de los trotskistas en la necesidad de que las fuerzas productivas no crezcan. Niegan la realidad para que les cierre en su forma metafísica de concebir lo real.
Lo que determina la posibilidad de que el metabolismo social sea comandado de forma directa reside en la capacidad que tiene la clase obrera de actuar de forma coordinada como clase. De la potencia de la cual es capaz como obrero colectivo y su desarrollo consciente de esta capacidad. Y esa capacidad solo puede fundamentarse en el desarrollo de las fuerzas productivas, no en una situación de bloqueo secular, ya que éste significa la imposibilidad de la planificación antes que su necesidad. Por tanto, partir de esa forma antinómica de entender lo real solamente puede extraer la necesidad del socialismo de principios morales o puramente "económicos" en el sentido vulgar (que los obreros vivan peor). El tema es que fundamentar la posibilidad del socialismo en esos argumentos es de una moralina totalmente arbitraria, pero no por ello deja de ser la base teórica que fundamenta el programa y el sentido común de buena parte del socialismo actual. Por eso por más que se le diga al obrero que el sistema es el peor porque vive mal no va a suceder ninguna revolución. Porque ella depende de la capacidad del obrero organizado como clase conscientemente de comandar efectivamente la economía como posibilidad real, no potencial a partir de un colapso social que él mismo debe propiciar para que en un futuro suceda.
Dicho esto, además es claro que los que apoyan la noción de terminalidad secular del capital siempre terminan cayendo en una mixtura de impresionismo y fatalismo estático debido a que no poseen ni un concepto claro ni, en consecuencia, una medida de qué son las fuerzas productivas (en general para Marx simplemente expresaban bajo el capitalismo al aumento relativo de la productividad del trabajo basada en avances científicos y de la cantidad de gente proletarizada). Nada de lo que señalen tiene el menor sentido porque no son capaces de redefinir conceptualmente por fuera de lo dicho por Marx y así darle una nueva determinación cuantitativa al objeto que analizan y que sustenta su programa. Al no poder avanzar en concreción, todo lo que les queda por plantear son generalidades sin sustento que derivan en ensayísmo precientífico sustentadas en nociones indefinibles de qué son las fuerzas productivas y cómo podemos medirlas.
La reconstrucción fantasiosa que hacen los defensores de la tesis de la terminalidad secular del capital necesita caer en la romantización infantil y arbitraria del capitalismo de la época de Marx como presupuesto para poder desarrollar sus propias premisas. Ellos parten de la interpretación de que el capitalismo poseía un desenvolvimiento natural e ilimitado en sus primeras fases, durante el siglo XIX, en donde tenía un supuesto mundo virgen sobre el cual extender sus relaciones sociales exportando capital y proletarizando gente para de alguna manera ir compensando la caída de la tasa de ganancia en sus países de origen. Pero luego, aparentemente y sin ninguna evidencia de ello más que la palabra de Lenin, se habría operado un cambio cualitativo en donde el capital creció horizontalmente llevando hasta la escala mundial la disputa del mercado. Así las fuerzas productivas comenzarían a rebasar el "marco nacional". De este concepto totalmente arbitrario, sin ninguna forma concreta de medida sacado de la imaginación y sin correlato empírico, se pasa a un salto lógico en donde se enuncia un cambio cualitativo también en el carácter de los Estados. Ahora vendrían a cumplir la "nueva" función de proteger los intereses de su burguesía frente a otras y el de explotar a las "colonias". Las características de esta nueva etapa, que recordemos supuestamente no existían en el capitalismo decimonónico, condicionarían para siempre el desarrollo de las fuerzas productivas. En un principio supuestamente se "agotaría" la extensión geográfica de la acumulación del capital (?) dando fin al proceso de proletarización, la escala del comercio mundial ahora chocaría con la forma nacional, se perpetuaría el atraso de las "semicolonias" y las guerras ya no serían la forma de expandir el capitalismo sino de imponer precios para sus monopolios. Éstas premisas sacadas literalmente de la nada e imposibles de medir son el núcleo duro de la fundamentación que explica la terminalidad del capitalismo para los que sostienen esta idea. Para ellos ya a principios del siglo XX estaríamos entrando en una fase terminal de suma cero absoluta en donde no hay posibilidad de que todos se expandan a la vez sin destruir al de al lado. Esto marcaría el fin del desarrollo de las fuerzas productivas, guerras, miserias, estancamiento, caída secular de la tasa de ganancia y crecimiento de la explotación entendido en su sentido vulgar: como aumento de las horas de trabajo.
Es imperativo reiterar que para que este esquema arbitrario tenga el más mínimo sentido, la existencia de estos fenómenos como necesidad del sistema se deben negar para el periodo previo. Es decir que para plantear una nueva etapa se tiene que marcar un salto cualitativo respecto al siglo XIX que se exprese de forma necesaria en una medida que muestre diferencias respecto a lo anterior. En definitiva, si no se puede marcar ninguna tendencia nueva en el capital como para otorgarle una cualidad diferente al del siglo XIX, entonces no hay terminalidad en desarrollo.
Pasemos revista a los argumentos más comunes esgrimidos por los que apoyan las tesis que estamos viendo y veamos sus fundamentos
La idea de "fuerzas productivas potenciales"
Uno de los argumentos más comunes de los terminalistas que reconocen que aumentan las fuerzas productivas pero no están listos para aceptar el corolario de ésto es que el capitalismo traba su desarrollo porque derrocha cada vez más "fuerzas productivas potenciales" (?). Desde este argumento la clave para probar el "derroche" de fuerzas productivas potenciales se encontraría en el impacto que tendría en las capacidades productivas de la población los fenómenos de desocupación, miseria, etc. Además argumentan que también hay que tener en cuenta los supuestos descubrimientos científicos que no se aplicarían "automáticamente" a la producción por los capitalistas y que supuestamente significarían una revolución de productividad que no se está realizando.
Los problemas con estos argumentos son amplios. El primero es que son incapaces de medir esta supuesta potencialidad que estaría siendo frenada. En relación a las condiciones de pauperización que dejan a amplias capas de la población inútil para el trabajo productivo en todas sus capacidades mentales y físicas, hay que recordar que eso no representa ninguna novedad secular y, en consecuencia, ninguna etapa nueva. Durante el siglo XIX pasaba exactamente igual (y si nos ponemos estrictos era peor en ese entonces). Los supuestos descubrimientos científicos que no se aplican a la producción tampoco explicarían una nueva era del capital. Si estos descubrimientos aumentan la productividad tanto como para compensar los problemas de su aplicación (costos de recambio del capital ya invertido, baja de productividad inicial por la adaptación de la mano de obra, etc.) eso se hace bajo el capitalismo tanto de hoy como del siglo XIX. Y me animo a decir que esos son problemas de aplicación de nuevas tecnologías que se mantendrían iguales como generalidad bajo un régimen de centralización total del capital. El subterfugio de los transicionalistas de utilizar conceptos místicos inmedibles e imposibles de conceptualizar como crecimiento potencial de las ffpp para compararlo con el desarrollo actual como forma de salvar su propia teoría frente a la realidad es de un ridículo que no merece más explicación.
Depresión del crecimiento y guerras
Otros argumentos ad hoc que buscan salvar la idea de terminalidad son la depresión de las tasas de crecimiento y el hecho de que haya habido guerras en el siglo XX. Dejando de lado que estas tesis solo se sostienen en apreciaciones morales y prejuicios, son fácticamente falsas. Las tasas de crecimiento del siglo XIX son inferiores a las del siglo XX, en donde la expansión del capital superó de forma relativa varias veces la del periodo "sano". Por otro lado, realmente cuesta tomar en serio el argumento de que la guerra no puede ser la forma de desenvolverse de un régimen que desarrolla las fuerzas productivas. Especialmente con las almas bellas que hablan de capitalismo pleno en el siglo XIX. Un siglo dónde Marx Lenin y Trotsky señalaban el desarrollo más increíble de las fuerzas productivas durante ese siglo. Un siglo REPLETO de guerras, depresiones, recuperaciones y conquistas exteriores. La pereza intelectual de señalar que el capital ahora sale de las crisis produciendo "catástrofes" (otra noción que no tiene ni concepto ni medida) es algo que de ninguna manera es novedad. También se aplica al siglo XIX de forma plena y no inaugura ninguna etapa nueva.Otro problema extra de estos argumentos es que guardan una confusión respecto al concepto de terminalidad. En su discurso la misma se confunde permanentemente con el estancamiento del crecimiento de las ffpp y, al mismo tiempo, también con los límites al desarrollo del capital impuestos por la caída de la tasa de ganancia. Para cualquier persona que sepa algo de Marx esta es una tendencia que operó también en la época supuestamente opuesta, y que por lo tanto no explica nada de cambios de etapa en el capital ni del desarrollo de las fuerzas productivas. Esta confusión se introduce a propósito o por confusión para buscar en el Capital una supuesta autoridad para sostener sus delirios sobre la sociedad actual.
Desarrollo de industrias "destructivas"
Otro argumento ad hoc muy usado para rescatar a la hipótesis terminalistas ante la falta total de contrastación empírica básica es la idea de que la economía crece, a diferencia del siglo XIX, por las industrias "destructivas" como la industria de guerra, la droga o la prostitución. Empecemos por decir que el crecimiento mundial del PBI es más alto en el siglo XX (supuestamente anémico) que en el XIX (supuestamente vigoroso). Los gastos militares a nivel mundial como porción del PBI están bajando desde la década de los 60s. En el caso de la droga y la prostitución ¿Qué porcentaje del aumento del PBI mundial significan? No es posible medirlo con seriedad porque los números son cálculos a ciegas. De todas formas es igualmente irrelevante, ya que si viviésemos en un mundo musulmán abstemio esa masa de dinero transformaría en rentables a otras ramas diferentes y el PBI crecería igual. En términos económicos no marcan una reducción de las fuerzas productivas. En todo caso la discusión es moral en este caso. Pero supongo que nadie seriamente puede apoyar una interpretación moral de la terminalidad del capitalismo sin que se le caiga la cara de vergüenza.
La "autodisolución"
Saliendo de los errores fácticos o la interpretación moral a la tesis terminalista que vimos, también he leído una interpretación de la misma que sostiene que el capital está terminal por la tendencia a su "autodisolución". En primer lugar este argumento se basa en obviar olímpicamente lo que intenta defender: El programa de transición. Este programa no dice simplemente que el capital se "autodiluye" (?) y se encuentra en un ciclo corto o medio de caída o subida. Sino que sostiene la necesidad de consignas de transición porque el capital ha entrado en una etapa cualitativamente diferente a la anterior y ya no hay lugar para la más mínima reforma sin que se produzca un choque que plantea de forma casi inmediata un gobierno obrero. Toda lucha esencial choca directamente con la necesidad del socialismo justamente por ese salto cualitativo de la etapa que esté argumento ignora. La llamada "autodisolución" es una tendencia de todo régimen social. Es un presupuesto ontológico de todo lo real. Ponerlo como argumento es de una ignorancia absoluta.
El tope a la proletarización.
Otro argumento que he leído es el que el capital ya no tiene a dónde ir a "proletarizar" porque ya lo hizo en todo el mundo y eso no se puede repetir. Partamos de la base de que la "proletarización" no es un proceso geográfico entendido como vulgar expansión horizontal del capital a nuevas zonas como piensan los adherentes al terminalismo. El capitalismo todo el tiempo está proletarizando. La misma incorporación de los hijos de los obreros son parte del proceso de proletarización (la reproducción ampliada de mano de obra). La pobrísima noción luxemburguista de que el capitalismo necesita para su expansión zonas no capitalistas ya fue refutada en la teoría y práctica. Por fuera de la reproducción ampliada avanzar en la proletarización significa sacar de la economía "natural" a masas significativas para integrarlos al sistema capitalista, algo que no es el mero movimiento del "campo a la ciudad". Una economía con el 100% de población urbana sigue su proceso de proletarización. Tanto por la vía de la incorporación de los hijos de los proletarios como por la proletarización de la burguesía pequeña. Un obrero rural ya está proletarizado y un pequeño productor de mercancías rurales (llamado campesino por la gente sin muchas herramientas conceptuales) está tan integrado a la producción capitalista como un kioskero de barrio. No necesita ir a la ciudad para estar integrado al capital.
La superación del mercado nacional
Otro argumento que leí es que el capitalismo está terminal porque su acumulación ha rebasado las fronteras nacionales ¿Que significa que las fuerzas productivas rebasan el marco nacional? Tengamos en cuenta que durante el llamado siglo de expansión "sana" del capital también se exportaba capital. Si conceptualizamos la idea de "rebasar el marco nacional" como un aumento del comercio mundial, decir que el capitalismo había "rebasado" ese marco en 1900 es ignorar literalmente todo el siglo pasado. Toda la confusión de esta frase antojadiza radica en que piensa al capitalismo de forma estática. Anula la posibilidad de existencia de toda expansión vertical de las ramas y de nuevas ramas dentro de un espacio de acumulación (algo empíricamente falso) y presupone que todo aumento de la exportación choca con algo en un afuera. Es una conceptualización económica mercantilista pre moderna del capitalismo. Presupone pensarlo como un juego de suma cero. La extensión geográfica no se agota justamente porque hay crecimiento vertical del capitalismo sucediendo en todos los espacios de acumulación al mismo tiempo. Surgen nuevas ramas y nuevos productos y aumenta el consumo. Es imaginarse caprichosamente al consumo y a las ramas productivas estancadas. Claramente que esto no impide la competencia entre espacios de acumulación con los mismos productos por posicionarse. Pero esto es algo constitutivo del capitalismo desde su nacimiento. No es algo nuevo ni corresponde a ninguna nueva etapa. Así y todo el proceso de expansión del mercado mundial crece tendencialmente. Se exporta más capital hoy en todo sentido de lo que se lo hacía en el "sano y expansivo" siglo XIX.

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