top of page

Sobre la idea de subjetividad obrera y política obrera

  • pablosviajsk
  • 13 ene 2021
  • 2 Min. de lectura


Debemos emprender un trabajo de crítica profunda a la ontología detrás del manejo espontáneo que muchas veces el marxismo realiza sobre concepto de obrero con el objetivo de cuestionar el moralismo y particularismo ontológico a partir de los cuales muchas veces se intenta reconstruir una teoría de la subjetividad de clase. Si consideramos, junto con Marx, que tanto el obrero como el burgués no son más que personificaciones de dos momentos diferentes del mismo movimiento, necesariamente debemos abandonar la idea de que existe una suerte de particularismo en la subjetividad del obrero que lo mantiene ajeno a la del burgués. Una clase en sí que existiría por sí misma a la espera de "adquirir consciencia" de sí. Abandonar esta jerga hegeliana mal usada es imperativo. Al menos si se busca evitar caer en las concepciones vulgarmente insoportables acerca de la relación entre burguesía y proletariado como la de dos entes exteriores entre sí, en donde uno domina al otro mediante una conexión que necesariamente debe mantenerse exterior a ambos. Este tipo de análisis, por su naturaleza mecanicista, no puede dejar de introducir la arbitrariedad subjetiva en el análisis. De allí que cada autor elija por catálogo dicha arbitrariedad: La burguesía se relacionaría desde afuera con el proletariado a través del control de la "ideología", los "aparatos", los "medios", las "ideas dominantes", el "Estado", el "consenso y la represión", etc. Entender a la burguesía y al proletariado como dos personificaciones de lo mismo permite reconstruir su relación a partir de un mismo principio. Cada clase personifica a una mercancía en el contexto de la fragmentación productiva y la consecuente separación de producción/consumo. Cada personificación compite con el resto por vender su mercancía al mejor precio posible y en las mejores condiciones posibles. Tanto el burgués como el obrero comparten esta misma determinación en tanto parte del mismo proceso, y por tanto poseen la misma ontología. No son esferas exteriores, sino distintos momentos de la misma esfera. De allí que no hace falta recurrir a moralismos como "traición de clase" o "aristocracia obrera" (?) para explicar la racionalidad detrás de la alianza de una fracción de la clase obrera con la burguesía si ésta le permite vender su fuerza de trabajo en mejores condiciones. O cuando una fracción de clase compite con la otra si esto la habilita a venderse en mejores condiciones. Exactamente igual a lo que hace el burgués. La alianza de fracciones de la clase obrera con sectores de la burguesía actúa de acuerdo a una racionalidad propia. No es necesario insertar ninguna conexión mecánica mística a distancia para explicarlo. No son comportamientos desviados de su interés de clase, sino que son una forma totalmente racional de éste. No son "contaminaciones de la ideología dominante" extrínsecas a una clase "en sí", sino que son una expresión histórica posible de sus propios intereses. La ideología dominante no es la ideología de la "burguesía" como grupo específico. Es la ideología del capital como movimiento total.

Comments


Publicar: Blog2_Post

©2021 por Sviajsk. Creada con Wix.com

bottom of page